¿Qué fue de Gary Cooper?
Estar en la sala del dentista es como cuando esperabas examinarte en el pasillo del colegio, sabiendo que no sabías nada. Mientras los demás bromeaban, estaban distendidos porque habían hecho lo que tenían que hacer.
Ahí es cuando descubres el síndrome del impostor. No lo verbalizas -¿qué coño vas a saber tú de síndromes a los 12 años?- aunque a esa temprana edad sufriste la primera crisis de los cuarenta.
Entras al gabinete con miedos basados en una mente perversa. El olor a desinfectante y el sonido de los instrumentos quirúrgicos son más poderosos que la amabilidad y experiencia del hombre vestido de verde. Te sientas en un sillón frío y ergonómico, sintiendo cómo el corazón te late en las sienes. El tipo, con su mascarilla y gafas protectoras, parece salido de una película de crímenes.
<<Abre la boca>>, te dice con una voz que intenta ser tranquilizadora, pero a ti te suena como una sentencia. Obedeces resignado, cierras los ojos, tratando de imaginarte en otro lugar. No lo consigues. Él trabaja, tu mente divaga.
Piensas en Gary Cooper, el hombre fuerte y silencioso. No estaba en contacto con sus pensamientos. Solo hacía lo que tenía que hacer. No como tú, Alvy Singer.
Te preguntas si alguna vez te sentirás preparado para algo, si la inseguridad se supera o si simplemente se aprende a vivir con ella. El sonido del torno dental ha parado y te saca de tus pensamientos. El dentista parece más absorto que tú, pero por diferentes razones. <<Ha sido más rápido de lo que pensabas, ¿verdad?>>. Asientes con la cabeza, aún notas el hormigueo de la anestesia en las encías. Sales a la calle con una mezcla de alivio y vergüenza ajena, y con ciento cincuenta euros menos.
La vida sigue, y tú sigues en ella, enfrentándote a tus próximos miedos, sin la esperanza propia de un adulto. Ojalá fueras capaz de cambiar algo que no sea solo de opinión. Te resignas, lo único que puedes hacer es dejar pasar más tiempo entre despejar la incertidumbre y abrazar la esperanza. En definitiva, has vivido demasiados años como para cambiar ahora.