CAFÉ. CINE Y PERSONAS.
No sé vosotros, pero yo cada vez aprecio más, el qué y el con quién. Tomar café es una religión para mí, no creo en Dios y sí en Juan Valdés, ¿qué le hacemos?
Hace unas semanas intenté ver en Tienes un e-mail. Cinta de los noventa con una Meg Ryan aún sin operar y, un fantástico como siempre, Tom Hanks. En el típico papel que mejor se le da. Y digo intentándolo porque hay personas con las que es imposible ver una peli y, eso que puse una de las digestibles.
Odio no poder ver una de TCM, no nos engañemos, no es sencillo elegir una buena compañía para tomar café. Imagínense ver una obra maestra en blanco y negro de mi canal predilecto en cualquier compañía. No vale cualquiera.
No se enamore nunca de una criatura salvaje, Mr.Bell decía Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany´s. Ni vean cine con alguien que no lo aprecie. Y mucho menos se enamoren de alguien para quien el cine sea como ver la tele.
Toda relación debería comenzar con ciertas preguntas…
__ Y dime, ¿cómo te gusta el café y qué tipo de cine te apasiona?
Créanme que a pesar de parecer exagerado nos ahorraríamos muchos disgustos, muchas decepciones y mucha terapia posterior a las rupturas por incompatibilidad
A pesar de todo, de ciertas incompatibilidades, lo curioso, es que hay personas con las que volveríamos a equivocarnos casi seguro. Aunque no se pueda ver una buena película con ellas, eso no significa que no se puedan hacer otras cosas. Se puede hablar de nada igual que de algo. A veces, muchos nada significan más que muchos algo.
Las personas, el café, las buenas películas son elecciones complicadas, no crean que no. Ya lo decía Hanks en Tienes un e-mail “Los lugares como Starbucks nacen con el único propósito de que gente con nula capacidad de decisión tengan que hacer seis elecciones solo para tomar un café’’.
Yo nunca podría salir con alguien que no se tome el cine ni el café tan en serio como yo.