La vida es sencillamente arrebatadora, lástima que tenga que venir una desgracia a recordárnoslo
El miedo, es un sentimiento antiguo. Un dolor que ya conocemos, una mirada inquietante a un pasado que pretende volver a su manera.
‘’El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro’’. Woody Allen.
La soledad que sentimos muchos en estos días será la mejor manera de saber que queremos de la vida. Seguir así, abrirnos más, alejarnos un poco, ampliar relaciones o que sé yo. La vida no viene con manual de instrucciones y menos en estos días. Durante esta crisis pondremos a prueba también las relaciones humanas y sobre todo nuestra salud mental.
Habrá quien no lo vea o sencillamente no lo quiera ver. Sea como fuere, el miedo a perder lo que tenemos o a una nueva crisis con escenarios inéditos se empieza a apoderar de todo. Mercados, empresas, bancos y sobre todo de personas, cada día vemos como este modo de detener la música en seco empieza a cambiar el comportamiento humano. No se ven optimistas, ni cuerdos, se ven personas desnudas, no hay atrezo.
Cuando vuelva a sonar la música, quizá sea buen momento para apreciar lo que tenemos o lo que nos quede. No se engañen, vamos a perder mucho, y será necesario elegir qué recuperar de nuestra anterior vida.
Este virus se va a llevar mucho, no todo, nada se lo ha llevado todo, nada ha podido, ni podrá.
Escribía Manuel Vilas un texto sencillamente sobrecogedor: <<Ahora ya sabemos que la vida es comer con un amigo en una terraza, ir de librerías, tomar el sol, ver una película, perderte por una calle desconocida, coger un tren. Por eso, cuando la vida regrese, le pediremos menos cosas. Y tendrá sentido esto>>.
Ahora también sabemos que después de un tren suele venir otro, ahora y de verdad, tratemos de perseguir solo lo auténtico, quitémonos vendas y prejuicios, entendamos la vida como es, sin más. A la mierda todo lo que no sume, a la mierda todos aquellos que nos quitan aire y aliento, a la mierda el amigo falso, el amante absurdo, a la mierda aquellos a los que parece que tengamos que demostrar cada día algo, a la mierda la moda, la comida basura y los cigarrillos. Y todo cuanto nos pesa. No miren atrás al deshacerse de nada de esto. Va a ser cierto aquello de todo lo que poseemos, acaba poseyéndonos.
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¡Y, sobre todo, sean felices!