Lo único a lo que puede aspirar un hombre es a ser buena persona. Lo demás, es puro atrezo.
Confundimos tener éxito con patrimonio, es tal vez el primer paso para una vida impostada. No se olviden que a la vida venimos por obligación, nadie nos pregunta y luego queremos quedarnos todo el tiempo del mundo, ahí empieza la fiscalización de las cosas, empezamos a cumular por acumular y vamos dotando a la vida de objetos innecesarios creyendo parecer más completos y sofisticados.
Hasta hemos interiorizado que alguien es de buena familia por cuanto poseen sus padres, en el fondo da igual la forma de obtener esa riqueza, solo basta con saber que la tienen. Nuevas formas de convertirnos en pobres personas: la ignorancia es la primera y prostituir el lenguaje es la segunda.
La vida impostada se basa en justificar lo que no tenemos, exagerando los momentos de ocio y la forma de compartirlos, cuanto más finge alguien, más vacío interiormente creo que está. Lo banal, lo efímero, la búsqueda constante de tendencia, la superioridad moral y el descalabro espiritual atentan contra los valores que hemos ido perdiendo.
No necesito viajar para parecer feliz, necesito viajar para serlo.
La crítica social se ha pervertido en estos meses de confinamiento, ahora saltan las alarmas y la policía del pensamiento ha decidido quien puede ser un indignado, solo dependiendo del C.P., craso error. La doctrina pueril y superficial de quienes consideran que todo lo que no les guste o simplemente se niegan a aceptar es banal. La vida impostada tiene muchas direcciones y demasiadas directrices.
La distancia social no contiene trazas de odio, no es la receta original, créanme que no lo es. Una vida impostada es llevar una cadena perpetua al cuello, es aún peor, es saber que algo no funciona y aún así nos quedamos a ver qué pasa.
La vida parece haberse convertido en una efeméride, donde proclamamos lo felices que fuimos en días pasados, la ansiedad de consultar qué hicimos el verano o el invierno de aquel año. La carnaza de sustituir sensaciones por likes o por alcance.
No vaya a ver alguien que se escandalice, la verdad la sabemos por dentro y nunca ha sido políticamente correcta, la verdad no será única, pero sí libre. Son días con testigos enmascarados donde hay personas que no logran averiguar nada salvo si Google se lo da mascado. La verdadera libertad llegará el día en que sepamos qué nos hace mejores y no sofisticados para los demás.
Son buenos aquellos seres humanos que simplemente no se comparan con nadie, precisamente por eso son los mejores. Entiendo que la felicidad se manifiesta como un estado de ánimo y no como una sucesión de bienes materiales, eso también es puro atrezo.
¡Sean felices!